TINNITUS O ACUFENO // Un pequeño problema que corrompe el silencio.
Alejandro / /Se trata de alteraciones auditivas que las personas acusan de forma intermitente o permanente en fases de estrés o con edad avanzada. Para quienes lo sufren resulta complicado aceptar que, después de un día repleto de caos mental y probablemente emocional, en el momento de llegar a un estado seguro de calma y silencio, se revela que esto ha sido substituido por un pitido sostenido que inunda el espacio íntimo de nuestro encefalograma plano.
En mi consulta sólo abordo los casos que están asociados al estrés e irritación de las fascias asociadas al oido y rara vez me comprometo con aquellos asociados a la edad. Ya que son producto de un desgaste natural de la energía que nutre el oido interno de las personas y los resultados posibles son apenas imperceptibles. A excepción de expresa voluntad del consultante he intervenido en casos de este tipo pero más bien intentando mejorar de paso otros acontecimientos que sucedían en la salud de dichos pacientes y así acentuar su calidad de vida.
El abordaje de estas dolencias no resulta sencillo porque se trata de una reacción a los acontecimientos externos. Por este motivo suelo acompañar mi trabajo con acupuntura con otras disciplinas complementarias que me ayudan a que la persona pueda comprender en profundidad partes de su carácter y entonces, manejarse mejor ante ciertas cuestiones que le irritan. Estas cuestiones son los llamados complejos que Jung define como ese torrente que brota internamente para arruinar el orden y la paz de nuestra cotidianidad.
A pesar de lo anterior, considero imprescindible la acupuntura ya que el tinnitus o acúfeno es consecuencia del colapso de diversas estructuras del paciente. No es en absoluto peligroso, sin embargo me refiero que la gente con tinnitus sufre niveles de estrés que no serian un problema durante un tiempo corto. Sin embargo, mi experiencia me dice que para cuando se percatan de la existencia del pitido en sus orejas no es viable un cambio de los acontecimientos que lo generan; sin plantear una medida de cambio radical, totalmente improbable para la mayoría de personas de una edad determinada.
Así pues, necesitamos contener y calmar el sistema nervioso de las personas que lo padecen de forma que puedan asumir con un mínimo de integridad los acontecimientos de la vida que les están sobrepasando, hasta que cesen o cambien de forma natural.
A lo largo de mi carrera he dado con casos de distinta índole y recomiendo que cualquiera que lo sufra valore esta posibilidad como tratamiento porque, hasta en el caso con mayores dificultades por parte de la persona que consultaba, logramos resultados de gran valor para la persona.
Contacta para tener información acerca de este problemática o cualquier otra duda de salud que no hayas podido resolver.
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